Robert Spaemann
Filósofo
Se formó en Colonia. Estudió en Münster, Múnich, París y en el Friburgo suizo.
N. Berlín, 5 de mayo de 1927
Robert Spaemann es un personaje de biografía fascinante. Hijo de un matrimonio radicalmente ateo que, sin embargo, a los pocos años de nacer él se hicieron católicos. Y lo hicieron con tal convicción, que él, el padre de Robert, se hizo sacerdote después del fallecimiento de su esposa. Así que Robert vivió desde sus 15 años como hijo de un sacerdote católico. En los 90 leí con no poco asombro una de sus primeras obras traducidas al español: "Felicidad y benevolencia", en que aborda la siempre escandalosa imposibilidad que parece encontrar el hombre para unir el ser bueno y ser feliz. Llegué a conocerle cuando vino a Pamplona a recibir el doctorado honoris causa. En su discurso de recepción comenzó planteándose si era buena señal para un filósofo en estos tiempos recibir las alabanzas de la opinión pública, o era más bien la señal de haber sido domesticado por el pensamiento dominante... Así ha sido siempre: libre, completamente libre.
Estas meditaciones sobre los salmos, del 1 al 50, revelan una profundidad teologal que no siempre se espera de un filósofo. Cada meditación es una exégesis, que partiendo del sentido literal-histórico del salmo, hace luego una lectura en Cristo y la Iglesia; lectura que ilumina a su vez la belleza del salmo, haciéndola más amplia, más universal, más cercana a nuestra propia experiencia. Si hubiera que descubrir alguna huella -en un libro en que las citas de otros autores son escasas- se ve la de Benedicto XVI, con quien trató a menudo, y del que aprendió a pasar de la filosofía a la teología.
Gran libro.
Filósofo
Se formó en Colonia. Estudió en Münster, Múnich, París y en el Friburgo suizo.
N. Berlín, 5 de mayo de 1927
Robert Spaemann es un personaje de biografía fascinante. Hijo de un matrimonio radicalmente ateo que, sin embargo, a los pocos años de nacer él se hicieron católicos. Y lo hicieron con tal convicción, que él, el padre de Robert, se hizo sacerdote después del fallecimiento de su esposa. Así que Robert vivió desde sus 15 años como hijo de un sacerdote católico. En los 90 leí con no poco asombro una de sus primeras obras traducidas al español: "Felicidad y benevolencia", en que aborda la siempre escandalosa imposibilidad que parece encontrar el hombre para unir el ser bueno y ser feliz. Llegué a conocerle cuando vino a Pamplona a recibir el doctorado honoris causa. En su discurso de recepción comenzó planteándose si era buena señal para un filósofo en estos tiempos recibir las alabanzas de la opinión pública, o era más bien la señal de haber sido domesticado por el pensamiento dominante... Así ha sido siempre: libre, completamente libre.
Estas meditaciones sobre los salmos, del 1 al 50, revelan una profundidad teologal que no siempre se espera de un filósofo. Cada meditación es una exégesis, que partiendo del sentido literal-histórico del salmo, hace luego una lectura en Cristo y la Iglesia; lectura que ilumina a su vez la belleza del salmo, haciéndola más amplia, más universal, más cercana a nuestra propia experiencia. Si hubiera que descubrir alguna huella -en un libro en que las citas de otros autores son escasas- se ve la de Benedicto XVI, con quien trató a menudo, y del que aprendió a pasar de la filosofía a la teología.
Gran libro.