martes, 31 de diciembre de 2013

La familia de Jesús

Sagrada Familia 2013

Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo:
   -«Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño.»
Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel.
Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.
(Del capítulo 2 del evangelio de san Mateo)


La vida misma
Queridos amigos: el evangelio nos presenta hoy a José estableciéndose definitivamente en Nazaret, después del periplo al que le obligaron las circunstancias y que le llevaron hasta Belén primero y luego a Egipto. Tal vez Mateo, el evangelista, quiso así dejar constancia de que Jesús, aunque era conocido como nazareno, provenía realmente de Belén de Judá, tal y como se había profetizado. Y así, nos cuenta la tremenda peripecia por la que atravesó la joven e insignificante familia al verse perseguida por el poder sin límite de un rey poderoso -y peligroso- como Herodes el Grande,  cómo se vieron forzados a huir a toda prisa de Judea y vivir como exiliados en un país extraño y pagano. Cuando el terrible peligro ha pasado, Así, al regresar deciden establecerse en su antigua aldea de origen, Nazaret, de donde habían partido.
Aquello fue realmente una aventura

viernes, 27 de diciembre de 2013

Venid, adoremos

Natividad de Jesús en Belén
Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.»
Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
(Del capítulo 2 del evangelio de san Lucas)

   Estamos celebrando el día de la natividad de Jesús, y al terminar la Misa nos acercaremos a venerar su imagen niño, le adoraremos con un beso. Nos gustaría hacerlo en vivo, pero nos tendremos que conformar con su imagen. En la imagen, besaremos al niño real; y en el Niño, adoraremos al Dios hecho hermano nuestro. 

Ver a Dios en la creación
   Lo hacemos porque nos mueve el afecto, porque un niño siempre mueve el afecto. Y él, más. Pero también querríamos que nos moviese algo más hondo aún: adoración. Adorar al Dios de la creación, bendecir su presencia misteriosa y maravillosa. Acabo de leer cómo se asombraba Foucauld con la maravilla de una hoja de papel o una cuchara, cualquier objeto le parecía el colmo de la perfección en que se manifestaba lo divino. Adoraba a Dios en las cosas, presente su grandeza, su hermosura, su sencillez en el su sencillo acto de ser. Nos hemos acostumbrado a pensar que a Dios no le vemos -como dice san Juan-, porque no vemos su "rostro", mientras que en cambio vemos el mundo, las cosas... y no nos percatamos de que en las cosas hay más de Dios que de ellas mismas: su belleza, su poder, su armonía: todo nos habla de él, nos lo muestra. En realidad no vemos otra cosa que lo divino, pues todo está en él. Adorar a Dios, bendecirle

lunes, 23 de diciembre de 2013

El sueño de José

Adv 4 A José 2013 




Un ángel del Señor que le dijo entonces en sueños:
-«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
(Del capítulo 1 del evangelio de san Mateo)



   Se acerca la Navidad –ya casi está aquí- y el evangelio nos acaba de presentar al otro personaje protagonista: José de Nazaret; "José, hijo de David", como le llama el ángel que le habla en sueños. Hace dos semanas san Lucas nos contaba la anunciación a María de Nazaret, a través de un ángel, de su propio misterio. Hoy, a José le revelan también el suyo. En un sueño. En la Biblia, el sueño es lugar de encuentro con Dios, es imagen de la oración. Efectivamente, Dios se nos revela en el recogimiento interior. También a nosotros se nos manifestaría nuestro "misterio", el misterio de nuestra vida, que es nuestra vocación. "Entra en tu aposento y habla allí tu Padre, que ve en lo escondido"dice Jesús hablando de la oración. Si nos resulta difícil escuchar a Dios no es porque él no hable, sino porque nos aturde el ruido espiritual; o porque nos hallamos ausentes de nosotros mismos, como dice san Agustín en las Confesiones: "tú estabas, Señor, dentro de mi, y yo fuera: me retenían lejos de ti las cosas que sin ti ni siquiera serían"...

domingo, 22 de diciembre de 2013

Yo te adoro

Feliz Navidad

Yo te adoro, heno fragante,
porque no llenó tu espiga 
el orgullo del maizal. 
Yo te adoro, heno fragante,
porque acunaste un niño descalzo
nacido en un pesebre.

Karol Wojtila. Canción sobre el Dios oculto (1944)

viernes, 20 de diciembre de 2013

Preparad un camino al Señor

Adv 3 A Bautista 2013 


«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿0 qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito:
"Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti." 

(Del capítulo 11 del evangelio de san Mateo)


Iconos del Adviento
En este tiempo del Adviento se nos presentan dos figuras como si fueran sus iconos vivos: de un lado María, que espera al Niño que se gesta en ella silenciosamente. Ella pondera lo sucedido a la vez que prepara las cosas. Habla con José -las mujeres siempre hablan-, y medita… Así se convierte en una imagen viva de la humanidad, que espera al Dios vivo que quiere ser gestado en su interior, quiere hacerse parte de nuestra historia y de hecho viene a introducirse por ti en ella. María también es imagen de la Iglesia, que siempre está en adviento también. Por último, es imagen de cada persona, cuando hemos acogido la Palabra y esperamos su aparición. Él parece silencioso en nuestro interior, nadie lo ve ni lo sabe, excepto uno mismo.  

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Busco tu rostro (Anselmo de Canterbury +1109)


   «Busco tu rostro; Señor, anhelo ver tu rostro». Y ahora, Señor, mi Dios, enseña a mi corazón dónde y cómo buscarte, dónde y cómo encontrarte.
Señor, si no estás aquí, ¿dónde te buscaré, estando ausente? Si estás por doquier, ¿cómo no descubro tu presencia? 

   Cierto es que habitas en una claridad inaccesible. Pero ¿dónde se halla esa inaccesible claridad?, ¿cómo me acercaré a ella? ¿Quién me conducirá hasta ahí para verte en ella? 

viernes, 13 de diciembre de 2013

Más que tú sólo Dios

Adv A Inmaculada 2013


   Queridos amigos, hoy contempla la Iglesia el misterio de la concepción inmaculada de María de Nazaret (¡no de la concepción virginal de Jesús, aunque el evangelio que acabamos de leer se refiera a ese evento), sino de la concepción inmaculada de su madre, María. In-maculada, no-manchada por la mancha o marca del pecado original con que todos nacemos; una misteriosa huella que el mal ha dejado en en lo más íntimo a todos los humanos, una especie de marca o tara espiritual, que nosotros mismos ahondamos con nuestros  pecados. Dios la borra amorosamente de nuestro rostro espiritual cuando le miramos en el acto de fe -doloridos y admirados de su amor- que nos convierte, como el bautismo lo significa y realiza en la Iglesia. Aunque no nos conviene olvidar que esa herida espiritual permanece en nosotros en forma de una cierta inclinación al mal, a la traición; una especie de debilidad interna de la que sólo la fuerza que tiene su gracia puede librarnos.

martes, 10 de diciembre de 2013

Eulalia de Mérida

10th December

Saint Eulalia

St Eulalia. Child martyr. She was one of the early Christian martyrs of Spain. The daughter of a noble family, during the persecutions of the Emperor Diocletian, Eulalia refused to make sacrifices to the gods and was burnt alive at Merida in around 304. She was said to be only about 12 years old.

The Spanish poet Prudentius wrote that a white dove flew over her as she died and snow covered her dead body.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Un amanecer
















Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Padre celeste, y suben
los hombres matutinos al encuentro
de Cristo Primogénito.

Él hizo amanecer en tu presencia
y enalteció la aurora
cuando no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.

Él es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.

Él es la luz profunda, el soplo vivo
que hace posible el mundo
y anima, en nuestros labios jubilosos,
el himno que cantamos.

He aquí la nueva luz que asciende y busca
su cuerpo misterioso;
he aquí, en el ancho sol de la mañana,
el signo de su gloria.

Y tú que nos lo entregas cada día,
revélanos al Hijo,
potencia de tu diestra y Primogénito
de toda criatura. Amén.

(De un himno de laudes)

jueves, 5 de diciembre de 2013

El sueño del corazón

Adv A  2013

Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de que os despertéis del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz.

Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.
(Del cap 13 de la Epístola a los Romanos)

Él se acerca
Queridos, comienza un nuevo ciclo anual. Se acerca enseguida la navidad, con las emociones que despierta para los cristianos, porque Dios ha nacido hecho hombre -¡tan pequeño, tan tierno!-, se ha acercado a nosotros, a nuestro mundo.Y ha venido para quedarse… 
   Me diréis que no todo el mundo se emociona por la navidad, y es verdad porque hay veces que no hay emociones de alegría, sino nostalgia. O incluso frialdad, incredulidad: escepticismo. Pero bueno, si lo pensáis un poco eso no es ninguna novedad ni tiene nada de extraño: tampoco parece que a Herodes, ni a los sabios de Jerusalén, ni a los vecinos de Belén les emocionara especialmente la noticia del supuesto nacimiento del Mesías, ni que la creyeran en serio. Casi fue al revés. Se podría decir que Cristo ha nacido siempre en el silencio y en la oscuridad, entonces y ahora. Pero, ¿sabéis una cosa? Que lo importante es que nació. Nació y nace siempre en algunos corazones, en el sentido de que cambian, lo descubren y lo disfrutan. Pensad en esos maravillosos cambios de vida, en la alegría de las conversiones, en las sorpresas de Dios (aquí hemos recibido últimamente algunos testimonios conmovedores; y eso porque no sabemos nada más que lo que aparece públicamente. En silencio, ocurre muchas veces, casi todos los días. Algunos aquí me consta que podríais contarlo. Por no hablar del nacer silencioso de Jesús en vuestros hijos, en vuestros ancianos que reencuentran el camino, en tantas personas que recuperan la paz…
La cuestión entonces está en preguntarnos si yo quiero, si estoy dispuesto, si me atrevo a creer… Creer que Dios es mi Padre; creer que Jesucristo, nacido por mi, está vivo y me busca… y que por eso hoy cambio mi vida, ahora, voy a convertirla en eterna, y confieso mis errores, mi ignorancia, mi egocentrismo; yo quiero venerar al Niño, quiero adorar al Dios que me hizo. Y entonces ¡es Navidad!

Despertar
   Hoy, al comenzar este tiempo del Adviento, la liturgia nos habla por san Pablo de sueño: "es hora de que os despertéis del sueño", del sopor del alma, imagen de la muerte. Nos hablan del sueño y el despertar del alma, como el poeta: “Despierte el alma dormida...”
El sueño es descanso: "si duerme, sanará", le dicen los discípulos de Jesús hablando de la enfermedad de Lázaro. Pero también es una imagen de la muerte, del letargo fatal (como en las expediciones alpinas), del letargo en el mal: de la vida entre borracheras, lujurias, contiendas... mientras pasa a nuestro lado la salvación, la alegría, la vida real, la que perdura y llena el corazón. El alma dormida, muerta. Y dice san Pablo y también Jesús en el evangelio que hemos leído: ¡Despertad! ¡Estad en vela ante la amenaza que se cierne…! Ante la llamada a media noche a las bodas: ¡llega el Esposo, salid al encuentro!
   ¡Despierta a tu alma! Límpiala en la ducha de la gracia, vístela de las virtudes cristianas, llévala a la fiesta eucarística. Porque Cristo viene a ti. ¡Que pena si pasara de largo, qué pena que nos llame y no respondamos!

Una sugerencia
   Aparte de confesarnos, de comenzar a comulgar, tenemos una Exhortación apostólica maravillosa del Papa, una carta de nuestro padre. Habla sobre la Evangelización nueva. Se llama La Alegría del Evangelio. Animaos a leerla y meditarla. Habrá cosas que le digan más a unos y a otros, pero es un anuncio más del Señor: ¡Vamos, despertad!, porque está cerca vuestra salvación, más cerca de lo que crees.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Saint of the day: 4th December

Saint John Damascene

St John was born in Damascus around 675. He was the son of an important Christian official at the court of the Kalif Abdul Malek. He is said to have been educated by a Greek monk from Calabria who had been taken prisoner by the Moslems. John succeeded his father's post and filled it for several years. When the Emperor Leo II ordered sacred Christian images and statues to be destroyed, the Moslem Kalif protected John and allowed him to write in their defence. The use of religious images was valid, he said, because they helped people to understand their faith better.

Around this time, John became a monk and priest at the monastery of Mar Saba in the mountain wilderness between Jerusalem and the Dead Sea. He lived there until his death.

He was one of the leading religious writers of his day. The most important of his works the Fount of Knowledge, part of which is a digest of Christian doctrine which was used in the West in the Middle Ages. Three surviving sermons are about the Assumption of Our Lady. His hymns are still sung in the Greek liturgy. St John Damascene was made a Doctor of the Church in 1890.

 http://www.indcatholicnews.com

martes, 3 de diciembre de 2013

Javier






Saint Francis Xavier
Dec. 3th

Jesuit missionary. Patron of foreign missionaries. St Francis was a Basque Spaniard, born in 1506 at the castle of Xavier in Navarre. He studied at the University of Paris where he met Ignatius Loyola and joined the group of seven who took their vows at Montmarte in 1534. They were ordained priests three years later in Venice.

In 1541, Francis sailed from Lisbon with Simon Rodriguez, for Goa, at the invitation of the King of Portugal. He was appointed Apostolic Nuncio for the East. The journey took thirteen months.

Francis made this town his headquarters. He began by reforming Goa, where many Portuguese Catholics lived, and were notorious for cruelty to their slaves, abusing the local women and neglecting the poor.

Francis preached and wrote verses on Christian truths set to popular tunes in an effort to bring people back to the faith. He also travelled to Ceylon, Southern Indian and the Molluccan islands where he made many converts. Francis went among the poor living as a poor man himself, sleeping on the ground and eating mainly rice and water. He had great success among the low castes but little among the richer people.

Francis was often seasick and had problems learning languages, but this did not dampened his missionary zeal.

In 1549 he went to Japan, translated a statement of Christian belief into Japanese and left more than 100 converts at Kagoshima in his first year. He also travelled to many other parts of the country with varying degrees of success. In Yamaguchi he was given an empty Buddhist monastery.

When he left there were about 2,000 Christians in Japan. Within the next 60 years many of these were killed.

In 1552 Francis returned to Goa. He set out on a fresh mission to China but fell ill and died on the island of Chuen-Shan. He was 46.

Some aspects of his work have been criticised. Like most of his Catholic and Protestant contemporaries, he believed the unbaptised were damned. This lent urgency to his activity and a lack of sensitivity to the religions of the east. But his devotion and concern for the poor cannot be faulted.

His body was returned to Goa and he was canonised in 1622. Several missionary congregations bear his name and many churches and colleges have been dedicated to him.
(Independent Catholic News)

martes, 26 de noviembre de 2013

"¡He aquí a vuestro rey!" (Pilatos)

To 34 c Jesucristo Rey del universo 2013 

Le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!»
Había encima de él una inscripción: «Este es el Rey de los judíos.»
Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!»
Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena?
Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho.»Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.»
(Fragmento del capítulo 23 del evangelio de san Lucas)

Hace unos días comentaba el párroco que, a diferencia de otras fiestas del Señor (el nacimiento, la última cena, la anunciación...), hoy celebramos un misterio que aún está por llegar, que aún no ha sucedido: el reinado del Mesías.

¿El reino? ¿Qué reino?
   ¡Lo esperamos!, desde luego -"¡venga tu Reino!"-, pero está claro que aún no ha llegado: hay crímenes, hay guerra y se amenaza, se oprime a la gente y se la explota; se engaña, se viola, se encarcela injustamente, se blasfema; existen desigualdades humillantes, se desprecia a los desgraciados, se secuestra a gente para traficar con sus órganos. ¡¿Quién creería en el reinado de Dios?! Como en el impresionante pasaje de Lucas que acabamos de leer, el mundo se burla del supuesto Rey divino y de su supuesto poder… Y sin embargo, lo celebramos. En esperanza, pero lo celebramos: "mientras esperamos la venida gloriosa de nuestro Señor, Jesucristo", dice el sacerdote al terminar en la Misa el Padrenuestro. Y todos replicamos: ¡sí!, "porque tuyo es el reino -lo mereces-, el poder y la gloria por siempre"...

"Creo en tu Reino"
   Nos parecemos -se parece la Iglesia- a ese hombre del que el evangelio de hoy nos dice que colgaba en otra cruz junto al Señor -en el mismo suplicio- y que salió en su defensa, en medio de la lluvia inmunda de insultos y burlas dirigidos al "Rex Iudaeorum" clavado y desangrándose: "Nosotros estamos aquí merecidamente, pero ¡este hombre no ha hecho nada!", grita, ¡es inocente! Y se dirige a Jesús de un modo que estremece: "Jesús, ¡acuérdate de mi cuando llegues a tu Reino". ¡Qué maravilloso acto de fe en el reinado de Jesús! Jesús, ¡tú sí que mereces reinar -parece decir-, tú sí que eres el Rey! Y, sí, ¡claro que reinarás! Y acuérdate de mi cuando empieces a reinar..."Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso", le dice Jesús conmovido. Es el primer santo canonizado. No lo canonizó ningún papa; lo canonizó Jesús. 
   "Tuyo es el reino, el poder y la gloria por siempre". Sí: el mundo y la historia serán tuyos, Jesús de Nazaret, serán de Dios y no de Satanás, ni de quienes le sirven...

¿Quién puede descubrir el reino?
  A Jesús quisieron coronarle rey algunas veces durante su ministerio en Galilea, pero él no lo permitió. Decía: no he venido a ser servido –a reinar-, sino a servir y a dar mi vida en redención. Dios ha venido a servir al hombre. La verdad es que esto es asombroso. Quizá se entiende mejor si leemos esto junto con la respuesta de Jesús a los fariseos que le preguntan por la llegada del Reino de Dios: "Mirad -les dice-, el reino no viene con ostentación; el reino de Dios está ya en medio de vosotros". Así, Dios reina ahora conquistando para el reino los corazones -uno por uno-, el pensamiento, la dedicación, la vida de los que le entienden.
   ¿A mi, qué me ciega para el Reino, para ver a ese Rey que el buen ladrón fue capaz de descubrir en el crucificado? A lo mejor la respuesta está en estas palabras del Señor: "no podéis ser siervos de dos señores". Efectivamente, puede que no seamos esos grandes criminales de los que hablábamos antes, pero tampoco logramos "ver" el reino, ni entrar en él, porque en realidad somos ya siervos de otro "señor", estamos esclavizados por algo o por alguien. ¡Es tan fácil que nos ocurra esto! 
   Yo, ¿a quién sirvo? A menudo los hombres somos grandes servidores -esclavos, casi- del alcohol, del sexo, del dinero, del orgullo... (porque hay pecados, pero también hay vicios) que esclavizan durísimamente. Tal vez necesitemos ir a nuestro libertador con sinceridad, -como el malhechor de la cruz-, reconocer la realeza de Jesús  a ofrecerle la corona de rey de nuestra vida de verdad, con hechos, arrojando con valentía a sus pies las cadenas que nos esclavizaban.
   

lunes, 25 de noviembre de 2013

Reconstruye mi iglesia

To 33 c Iglesia diocesana 2013 

   Nos acercamos al final del ciclo litúrgico anual, y el evangelio recoge en parte el tremendo discurso de Jesús sobre el final del Templo (una profecía que se cumplió poco más de treinta años después) y sobre el final del tiempo presente, acerca del que Jesús les tranquiliza, advirtiéndoles que no deben relacionarlo de inmediato con las catástrofes humanas de la historia. Nosotros no somos gente que espera las catástrofes y la destrucción, sino el reinado de Dios: el cielo nuevo y la nueva tierra, la nueva creación. 

¿Por qué Iglesia diocesana?
   Pero hoy os querría hablar sobre la Iglesia diocesana. En España, hoy se celebra una jornada de apoyo y concienciación sobre su valor y su importancia. De lo vital que resulta su unidad, como referente de pertenencia cristiana, y como instrumento de evangelización en las manos del Señor.
Recuerdo que en una estancia de trabajo en Egipto entrevisté a una joven estudiante alejandrina cuyo padre era de rito melquita y su madre de rito maronita. "Y, tú ¿qué te sientes, melkita o maronita?", le pregunté. Ella, con gran sencillez me respondió: "Yo, jesuíta". Porque resulta que frecuentaba un centro cultural muy activo y vivo que la Compañía regenta en aquella gran ciudad egipcia. Pensé que también aquí ocurre a menudo que uno se identifica con este o el otro grupo apostólico: soy más bien de los jesuítas, o yo soy de comunidades de base, o de Regnum Christi, o me encantan los franciscanos. Bueno, vien, pero suena un poco a la queja y reproche de san Pablo a los Corintios: "yo soy de Pablo, yo de Cefas, yo de Apolo..., ¿acaso Pablo ha muerto por vosotros? ¿Qué significa ser de Pablo o de Apolo...?". 

Iglesia universal, Iglesia particular
   "Tú eres Pedro, y sobre esta roca humana edificaré yo mi Iglesia"… "Mi Iglesia", dice; una: la Iglesia universal, católica. Así la puso en pie Cristo, pequeña como una semilla, pero poderosa como un ejército de paz. A la vez, los discípulos y apóstoles iban creando comunidades, donde se hacía real, visible, viva, la Iglesia universal: en torno a la Eucaristía, al Pastor con sus presbíteros: era la iglesia local, la Iglesia universal en aquel sitio, organizada en parroquias. Este el origen de la diócesis, la Iglesia particular . Es la Iglesia universal… enraizada en un lugar: con su pastor, unido a Pedro y a los demás, su seminario, sus presbíteros. En ella se desarrollan órdenes, grupos; en ella están presentes nuestros hermanos separados, nuestros hermanos mayores, los musulmanes, que adoran al único Dios, misericordioso y justo… como también los que no tienen fe ninguna, o la tienen confusa o un atisbo en su corazón... Por eso es tan importante que sintamos la fuerza de esa unidad en la Iglesia local, que la fomentemos, por encima de nuestro legítimo particularismo. ¿Sabéis la fuerza que tendría la Iglesia unida, hablando una sola voz en la vida civil? 

Día de la Iglesia diocesana
   Iglesia diocesana. La diócesis no son unas oficinas, eres tú. Pensaréis que esto vale para todos, y que por qué no se lo predico a las propias estructuras diocesanas, a las actividades apostólicas, a las órdenes y congregaciones, a los grupos… Sí, pero empecemos nosotros. Es más, porque hemos de comenzar por nosotros. Mirad: hoy se hace una colecta económica para el mantenimiento de la Iglesia diocesana. 
Sabéis que la Iglesia en España vivió honestamente de rentas durante siglos. Luego, del Estado, que había expropiado las fuentes de esas rentas, comprometiéndose a cambio a mantenerla. Luego, la Iglesia pensó que era mejor autofinanciarse de sus fieles, con un periodo transitorio en que se completaría la financiación con cargo a los Presupuestos estatales, aunque sólo en la medida en que los ciudadanos otorgaran su consentimiento expreso (la "casilla" en la Declaración de la Renta)... y en esas estamos: yendo en lo posible hacia la autofinanciación, sin renunciar por ello al reconocimiento que el Estado debe hacer de la realidad de la presencia cristiana en la historia nación, en su cultura: en su y "personalidad". El catolicismo no es en España una religión más, sino que ha sido una de las vetas que han configurado su ser en la Historia. 

Generosos
   Hoy es un buen día para hacer una aportación generosa, o para suscribir una periódica. En esta parroquia tenemos un vivo ejemplo de lo que estoy diciendo, también en lo económico: ¡habéis levantado este templo desde Cero a expensas de vuestros bolsillos! Pero hemos de ser generosos y ayudar también en otros sitios. Dios nos lo retribuirá con creces, porque es siempre más generoso que nosotros. 

jueves, 21 de noviembre de 2013

¿Crees en la vida eterna?

To 32 c Saduceos 2013


"Maestro, Moisés nos dio esta Ley: Si un hombre tiene un hermano casado que muere dejando mujer pero no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano... Resultó que eran siete hermanos... Pues bien, a la resurrección esa mujer ¿de quién será la esposa...?" Del capítulo 20 del Evangelio de san Lucas)

Los saduceos y el sacerdocio de Cristo
Al escuchar este evangelio alguno ha puesto cara de pensar: ¡pobre mujer! Pero bueno, esa es la historieta que le cuentan a Jesús ¿para plantearle una duda? A mi me produce más bien la impresión de que quieren burlarse un poco de ese rabí galileo, idealista y sin calificación, que con su idealismo sobre la vida futura está haciendo un favor, tal vez sin querer, a los que eran sus adversarios: los fariseos. No sé si os acordáis que decíamos que los fariseos habían absolutizado la Ley como forma de cohesionar al pueblo de Israel, ya sin entidad política. Los saduceos, en cambio, formaban un partido -más que una secta religiosa- que a su vez intentaban apoyar esa unidad y conciencia nacional en el Templo, regido por una oligarquía sacerdotal tolerada por los romanos. Ese sacerdocio, claro, no tiene nada que ver con el sacerdocio de Jesús. Jesús, que no pertenecía a la tribu sacerdotal, sino a la de Judá. No era un sacerdote. Se convirtió en el sacerdote de un nuevo sacerdocio, al ofrecer por nosotros no el sacrificio de unos animales, sino su propia vida, su propio corazón divino. Y nos lo dio para siempre. Por eso él es el nuevo y eterno sacerdote, su sacerdocio no pasa.
Nosotros, los presbíteros y obispos, que hemos recibido una participación ministerial de ese sacerdocio, tenemos la misión de serviros a vosotros, todos los discípulos, para que hagáis vivo en vuestras vidas el sacerdocio de Cristo santificando el mundo con vuestro amor, con el perfume del evangelio que hay en vuestras obras. Por eso el Papa dice que no quiere una iglesia clerical: vosotros habéis recibido el alma sacerdotal de Cristo: sois el sacerdocio de Cristo en la creación. ¡Menuda responsabilidad!

¿Crees en la vida eterna?
Volviendo a esos interlocutores de Jesús, los saduceos, veis que lo que le plantean es que no puede existir vida eterna, que sería absurdo. Exactamente lo mismo que ocurre ahora: no les cabe en la cabeza, porque no comprenden a Dios. Nos imaginamos la vida nueva con categorías imposibles (sin eliminar lo que la antigua tiene de caduca, de vieja ) y nos parece ridículo. Jesús les dice que están muy equivocados en el modo de plantear las cosas; y les hace también considerar que nuestra vida espiritual está en las manos del propio Creador, y de allí nadie se la puede arrebatar, ni siquiera la muerte. Nosotros no morimos, aunque muera nuestro cuerpo actual (que en su momento será también resucitado). Esta es la certeza que infundió valor en el corazón de los mártires judíos durante la persecución de Antíoco. La seguridad en el poder de Dios infundió en aquellos muchachos, de los que nos ha hablado la primera lectura, una fortaleza rayana en la temeridad.
No, nosotros no moriremos del todo; ninguno de los que estáis aquí; nadie, en realidad. Por cierto, esta es la gran responsabilidad que el hombre tiene ante sí mismo: daos cuenta de que todos nos presentaremos ante nuestro creador; el que ha creído y el que no, el puro y el manchado, el justo y el opresor, el que amó y el que despreció… todos nosotros nos presentaremos ante él, Y nos veremos tal cual somos de verdad. No olvidemos nunca que el Juicio existe, que hay juicio de Dios. 

La raíz de la valentía
Algunas veces, este pensamiento nos ayudará a salir adelante.Y siempre, a vivir con una loca ilusión que llena por completo el alma: Al despertar, me saciaré con tu semblante, como hemos rezado en el salmoNo me importa esto ni lo otro, porque al despertar, me saciaré de tu semblante: te veré, te comprenderé, veré el amor que me has tenido, curarás mis heridas físicas y morales
La esperanza –la seguridad en Dios- nos hace fuertes, serenos, alegres, dispuestos a dar la vida, a sufrir un poco las penas con que nos encontramos, grande alguna, pequeña la mayoría: me ha dejado el novio, no me reconocen mi talento, qué mala suerte que todo me sale mal... No importa: al despertar, me saciaré con tu semblante. Y daos cuenta de que eso lo podemos vivir todos cada día, pensando en la eucaristía: "no importa: mañana te recibiré, mañana estaré contigo".
¡Cuánto bien hace al mundo la gente que vive de la fe, de la esperanza, y que por eso se entrega a vivir el amor! Realmente somos sacerdotes del mundo, salvadores reales -aunque anónimos- de la Creación, por la esperanza en la Vida.

viernes, 15 de noviembre de 2013

La historia de un publicano

To 31 c 2013

Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa». Se apresuró a bajar y le recibió con alegría (Del capítulo 19 del evangelio de san Lucas)

El domingo pasado, a propósito de una parábola inventada por Jesús, hablábamos de fariseos y publicanos. Hoy san Lucas nos presenta a uno de estos pero en vivo y en realidad, en su pueblo y en su encuentro con Jesús. Se nos informa incluso de su nombre: Zaqueo. Se nos dice también que era jefe, y bastante rico. Siempre me ha fascinado la historia de este hombre, al que Jesús encuentra en Jericó, y a cuya casa se invita sin más, y su radical conversión de una vida de pecado como resultado de aquella conversación. 
Jesús descubre a Zaqueo: "¡Zaqueo!"
Cuando Jesús llega al pueblo, Zaqueo sabe quién es, por supuesto. ¡Cómo no va a saberlo; todo el mundo lo sabe! Como nosotros, los hombres de nuestro tiempo. Y desearía verlo, aunque sea a distancia. No sabemos si hubiera tenido mucho o poco interés, quizá tenía curiosidad. En cualquier caso, lo que no se le ocurre pensar que el Señor le conozca a él,  y menos aún que se interese por él. Como nosotros, los hombres de nuestro tiempo. ¿Nunca habéis estado en un concierto o un espectáculo con un famoso? Uno contempla al personaje, con suerte se cruza con él la mirada…, pero no se le ocurre a uno que el personaje le conozca a él. Y ahí llega la sorpresa: Jesús levanta la vista, le mira, y le grita por su nombre: "¡Eh, Zaqueo, baja de ahí, ven!, ¿por qué no me alojas en tu casa?". ¡Le conoce! "Zaqueo…" ¡Me conoce! ¿Cómo sabe quién soy? ¿Quién le ha hablado de mi? ¿Sabe qué soy? ¿Qué le habrán dicho de mi? Jesús nos conoce, nos quiere, nos busca...
No en el fondo no nos lo creemos. De hecho, nuestro problema -el de la humanidad y el de cada uno- no es que no creamos en Dios; es que no creemos que nos quiera. ¡Qué hermoso es el texto de libro de la Sabiduría que hemos leído antes (y que  es en realidad una oración, ¡una preciosa oración!)
Vivir en el pecado
Pero la distancia que Zaqueo siente respecto a Jesús no es el simple saber que Jesús no le puede conocer a él... es que piensa que en realidad sus mundos son totalmente extraños: Jesús es la bondad de Dios en persona, ¡y yo -piensa él- estoy tan lejos...! Yo en cambio vivo en el pecado, es más: del pecado.  Porque, mirad, hay pecado… y hay también "vida de pecado". Un pecado se cura pronto, pero cuando cuando nos metemos en una "vida de pecado", ¡qué difícil salir! A este hombre, que seguramente no es malo, o al menos no peor que cualquiera de nosotros, le ocurre esto. ¿Por dónde salgo? A estas alturas, ¿cómo puedo yo cambiar las cosas? Él querría, pero ¿acaso puede uno cambiar determinadas cosas, sobre todo si hay en mi un 'quiero pero no quiero'? “Mi pena es una pena muy mala, porque yo no quisiera que se me quitara…”, escribió un poeta paisano mio. ¿No os ha ocurrido nunca eso? Pues qué suerte. Pero que sepáis que pasa.
Mirar al Señor
La vida de pecado es muy difícil, muy áspera para el alma, que no se atreve a mirar cara a cara a Dios… Pero este hombre, Zaqueo, hace una cosa maravillosa, que le salva. En realidad, tiene e corazón, no es un malvado. Y sale al camino para ver a Jesús de algún modo; no sabe muy bien por qué, parece como si esperase algo… ¡Qué bonito! A lo mejor no lo necesitáis, pero por si acaso: si alguna vez estáis en esta situación, no ya de haber cometido un pecado, sino de 'estar' en él..  súbete a un árbol para ver Jesús, haz lo que sea; déja que te vea él, ponte a tiro de su mirada. ¿Os acordáis de Pedro en casa de Caifás?: "Volviéndose Jesús, miró a Pedro..."
Decía el Papa a los que están en una situación matrimonial irregular: no os alejéis, no dejéis de orar, de vivir con vuestros hermanos en la fe, de esforzaros en las virtudes, en dar testimonio… El Señor ve el corazón, y además él puede arreglar todo; acordaos de la Virgen de los nudos. "Zaqueo, baja enseguida. Quiero que me hospedes, que me acojas, quiero que hablemos". 
Tú te compadeces de todos, porque todo lo puedes, 
y apartas los ojos de los pecados de los hombres 
para que ellos se conviertan. 
 Tú amas todo lo que existe y no aborreces nada de lo que has hecho, 
... tú eres indulgente con todos, 
ya que todo es tuyo, Señor que amas la vida
(Libro de la Sabiduría, capítulo 11)


domingo, 3 de noviembre de 2013

Santos de Cristo

(Festividad de todos los santos  2013)
 Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. 
Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»
Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo: «Amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos, amén.»
(Del capítulo 7 del libro del Apocalipsis)

El Panteón
Si habéis visitado Roma, habréis visto ese magnífico edificio redondo que aparece cuando menos te lo esperas entre las callejuelas de la Roma barroca, llamado Panteón, una palabra griega que significa "todos los dioses". Es un enorme templo de la época imperial, reconstruido con su imponente cúpula en tiempos de Adriano. A comienzos del siglo VII, el emperador entonces reinante regaló al Papa este templo, vacío ya del culto para el que había sido pensado, y el Papa pensó en convertirlo en templo cristiano dedicándolo, en vez a todos los dioses, a todos los mártires, que habían derramado su sangre en aquella ciudad por el nombre de Cristo. Dicen que llevó allí, a ese templo vacío de dioses falsos, muchas de las reliquias de mártires que se conservaban dispersas por diversos lugares de la ciudad. La fiesta que hoy celebramos creo que tiene que ver con aquel acontecimiento.
¿Santos?
Nosotros los cristianos (a diferencia de lo que pensaban los miembros de la gens Julia, para la que se construyó -en realidad- aquel templo, una vez divinizados) no somos dioses, sangramos y morimos como cualquier mortal. Ni siquiera podemos llegar a ser santos en la tierra, siempre nos abrumarán nuestras faltas y pecados y defectos: "sólo tú eres santo", le cantamos a Jesús en el Gloria de la Misa. Pero Jesús nos ama y le amamos, y al 'seguirle' nos vamos 'contagiando' de su modo de amar, nos vamos pareciendo a él: él nos pone en 'camino de santidad' casi por contagio. No somos santos, pero estamos llamados a la santidad; su amor y su forma de amar nos santifica. Como hemos leído en la carta de san Juan: "Queridísimos: nosotros somos ya hijos de Dios, aunque aún no se ha manifestado lo que seremos, aunque sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en él se va purificando a sí mismo, como él es santo".
Sufragios
Así que nosotros nos hacemos santos por contagio, por purificación. Hoy y mañana nos acordamos también hoy de los que se purifican, de las almas del Purgatorio. La Iglesia nos permite ganar por ellos una indulgencia plenaria diaria durante 7 días, como un regalo que les ofrecemos, una ayuda por lo que no hicieron o no supieron hacer. Son los sufragios, votos, deseos… Al amarnos, Cristo nos ha hecho como una familia, una unidad, la "comunión de los santos", la "comunidad" de los santos: y esa unión vital entre nosotros permite que nuestros regalos les lleguen a ellos. Es como si le dijéramos a Jesús: "por favor, aplícaselo a esta persona, si no te importa: acuérdate de mi abuelo, de mi amigo. Es verdad que tuvo este fallo, aquel defecto..., pero le queremos, es nuestro, y tuyo…"
Purificación. Purgatorio
Todos necesitamos purificación del corazón, de los afectos, de los odios, de las envidias, de las faltas, del mal que hemos causado... necesitamos todos, porque el alma no entra directamente en la felicidad del cielo, normalmente, aunque en algunos casos sí, claro: acordaos de las palabras de Jesús al Buen Ladrón: : ‘en verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso…'. ¡Aquello fue la primera canonización en la historia! Pero normalmente tiene el Sr que purificar todo eso que no hemos sabido hacer. No es por él, sino por nosotros mismos. Una persona que no ama a alguien, tampoco es capaz de desearla. Y eso es lo que le pasa al corazón manchado. Y la purificación duele. 
Quizá el mismo dolor purifique... como al joven hijo cuidando cerdos de la parábola, el orgulloso fariseo que se creía perfecto, el juez sinvergüenza que no tenía a Dios ni le importaban los demás, el discípulo cobarde que le abandonó, aquella mujer que había engañado a su marido y había roto la vida a aquella familia... Y el Sr nos coge, como un juguete roto, y nos repara. Pero lo que hay que reparar no es el exterior, ¡eso no es problema, para él!, sino tu corazón. y ¿cómo se cura el corazón? Por eso también se puede servir de los sufrimentos ya en la tierra: del desconcierto de un dolor repentino, de la necesidad de vencer el egoísmo para trabajar junto a aquella persona, de la 'imposición' que me hace la vida al tener compartirla con este o aquel… Esa debilidad -nuestra o de los demás, física o moral- no obliga a sacar lo mejor de nuestro corazón: la compasión, la paciencia, el realismo, la generosidad; casi nos obliga a ser buenos. Señor: haré con esta persona como tú haces conmigo. Y nos va limpiando ya aquí. Es el 'purgatorio en la tierra', como dicen. Aunque no es suficiente sufrir. En realidad se puede sufrir de muchos modos, y no todos santifican, desde luego… Pero, si somos capaces de reaccionar como el bandido que acompañaba a Jesús en su cruz, y hacer del sufrimiento un  motivo de reflexión y de conversión, quién sabe hasta dónde puede llegar la hondura del conocimiento de Dios y de uno mismo en esas circunstancias. No es para desearlo a nadie, pero es cierto que hay personas para quienes el encuentro con el dolor ha sido también el encuentro con el amor verdadero.